Quién descubrió la energía solar fotovoltaica? y que papel tuvo la NASA?
El descubrimiento de la energía solar fotovoltaica la realizó el físico francés Alexandre Edmond Bequerel, el cual descubrió que en una pila de platino que estaba experimentando, la corriente subía en uno de los electrodos si lo exponía al sol. El papel de la Nasa fue muy importante al realizar una gran inversión en una energía muy costosa por entonces, y cuyos progresos han permitido que hoy día sea una energía barata y rentable que pueda competir de tú a tú con cualquier otro tipo de energía.
Tras el descubrimiento de Bequerel, no fue hasta unos años más tarde durante el 1876, que Richard Day descubrió el mismo efecto pero esta vez en un material sólido: el selenio. Si bien el Selenio era muy poco eficiente, este fue un paso muy importante para demostrar que gracias a la luz del sol se podía crear electricidad sin que hubiese por medio calor o piezas en movimiento.
El hecho de aprovechar este descubrimiento no tuvo continuidad hasta medianos del siglo XX. El año 1953 de forma casi accidental Gerald Pearson creó una célula de silicio, con la cual vieron que era bastante más eficiente que la de selenio y que producía suficiente electricidad para hacer funcionar pequeños dispositivos eléctricos. Esa noticia fue muy bien recibida en los medios, los cuales ya veían entonces el fuerte potencial que podría tener esta energía infinita en el futuro. No hay que olvidar que por la gran demanda de energía, a partir de 1945 el coste del barril de petróleo empezó a encarecerse a una gran velocidad hasta nuestros días. Por este motivo, tiene sentido que se viese en la energía solar un alternativa a largo plazo al problema del aumento del coste de la energía.
Junto a otros dos científicos Daryl Chaplin y Calvin Fuller, Gerald Person evolucionó la célula de silicio para darle más rendimiento (de hasta el 3%) y crear lo que conocemos hoy día como un panel solar. Fue así como empezó su uso en aplicaciones prácticas donde se necesitase poca cantidad de electricidad. Sin embargo, su rendimiento aún no era suficiente y era considerablemente mucho más caro que otras energías del momento.
El impulso clave para el desarrollo de la energía solar se consiguió con la carrera espacial que se estaba llevando a cabo entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. La NASA empezó a utilizar la energia fotovoltaica para alimentar a los satélites y a los vehículos en órbita. Gracias a los presupuestos enormes que se destinaron al sector espacial, en tan sólo 2 años se perfeccionaron las placas solares pasando de células de un 3% de rendimiento a un 8%. Y en lo que se refiere a su coste, se había pasado de 300$/W a 20$/W. La evolución había sido realmente muy grande en muy pocos años.
Si bien en un inicio la idea en la NASA era que la energía solar sólo fuese la energía de apoyo, rápidamente se convirtió en la energía principal. Pasando de los 100W en el satélite Vanguard de 1958, a los 20.000W de la Skylab 15 años después.
La energía solar no sería lo que es ahora sin el impulso de la tecnología espacial, pero de igual manera, la carrera espacial no se habría podido llevar a cabo tan rápidamente si no hubiese existido la energía fotovoltaica.
Desde entonces se empezó a utilizar placas solares para dar energía a postes de señalización, cruces de ferrocarril, bombeo solar de agua en zonas desérticas, y así gradualmente fueron creciendo sus aplicaciones hasta llegar a hoy en día. En lo que se refiere a uso doméstico, su crecimiento también ha sido muy importante, pasando de simple iluminación de un par de bombillas, a poder cubrir todos los consumos eléctricos de una casa.
Lo cierto, es que en el último siglo la evolución tecnológica del ser humano ha sido impresionante, comparada con todos los siglos anteriores. La energía solar ha tenido un crecimiento muy grande en los últimos 5 años y ha llegado para consolidarse como la principal energía para disponer de electricidad en nuestras casas. Depende de nosotros y de las futuras legislaciones en energías renovables, que se le permita entrar al 100% en nuestras vidas y podamos pasar de las facturas de la compañía eléctrica a nuestra propia producción de energía a costes mucho más bajos y beneficiosos para todas las personas.