Cuales son los componentes de una instalación solar autónoma?

Los componentes de una instalación solar autónoma o de aislada son las placas solares, el regulador solar, el inversor de corriente, las baterías, la estructura, el cableado y las protecciones. En las placas solares se genera la energía eléctrica cuando le inciden los rayos del sol en su superficie de células de silicio, esta energía se dirige al regulador cuya función es la de controlar esta energía y administrarla bien a la batería. La batería se encarga de mantener almacenada la energía solar generada para suministrarla a los consumos cuando se necesite. El inversor de corriente convierte esta energía de corriente continua almacenada en las baterías en corriente alterna a 230V para poder utilizarla con cualquier electrodoméstico o dispositivo electrónico. Otros elementos igual de importantes son la estructura solar, que permite colocar las placas solares con la inclinación y orientación optimas, el cableado solar, que es muy importante que en su parte a corriente continua tenga el grosor correcto para transportar la energía sin pérdidas, y las protecciones, compuestas por fusibles o magneto térmicos y cuya función es la de proteger regulador e inversor de posibles sobrecargas o cortocircuitos.

Una instalación solar autónoma permite producir energía eléctrica mediante la radiación solar procedente del sol y almacenarla en baterías para su consumo cuando el usuario de la instalación lo crea necesario. Con estos equipos se dispone de independencia energética en cualquier lugar donde se instale y se obtiene electricidad gratuita durante todos los años de uso. Todas las instalaciones solares autónomas se componen de varios elementos necesarios para su óptimo funcionamiento:

Las placas solares son el elemento principal y la función de las cuales es convertir los rayos del sol en electricidad en corriente continua. Este proceso se obtiene gracias al efecto fotovoltaico que se lleva a cabo en las células de silicio que forman cada panel. La unión de varios paneles permitirá generar más energía y su número dependerá de la cantidad de consumo eléctrico necesario en la instalación solar. Instalaciones de pequeño tamaño utilizarán placas solares de 12V con placas de potencias de 100W, 160W o 200W, mientras que instalaciones mayores utilizarán placas de 24V de potencias desde 260W a 500W. Para medias y grandes instalaciones recomendamos utilizar el panel solar 460w de alto rendimiento.


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El regulador de carga o regulador solar es un pequeño dispositivo electrónico que tiene como función controlar la entrada de energía desde los paneles solares hasta las baterías. Dispone de 3 modos de carga: carga normal, flotación y absorción, y los ajusta según el porcentaje de carga de la batería en cada momento. El regulador también realiza otras funciones muy útiles como informar acerca del nivel de carga, cantidad de energía generada en los paneles, y cantidad de energía consumida de las baterías. Existen modelos con indicadores led y modelos con pantalla digital más completos, como por ejemplo el regulador con pantalla de 30A.

El inversor de corriente es un transformador que convierte la corriente continua de las baterías en corriente alterna a 230V igual a la que recibimos en casa mediante la compañía eléctrica. De esta forma se puede utilizar con la instalación solar cualquier aparato eléctrico o electrodoméstico de tu vivienda. Existen 2 tipos de inversores: el inversor de onda modificada es el más económico y simple ya que genera una onda cuadrada para el uso de dispositivos como reproductores de música y video, televisores, carga de móviles, etc. Por otra parte, el inversor de onda pura genera una onda de alta calidad ideal para el uso de cualquier tipo de aparato eléctrico como por ejemplo neveras, congeladores, lavadoras, microondas, bombas de agua, televisores, etc. La gran mayoría de instalaciones en la actualidad utilizan inversores de onda pura. Para el funcionamiento de la gran mayoría de electrodomésticos recomendamos el inversor onda pura 2000w.

Las baterías son el elemento más costoso de la instalación solar ya que son diferentes de las baterías convencionales como las que se utilizan en los automóviles. Las baterías solares son de mayor calidad ya que soportan ciclos constantes de carga-descarga y permiten porcentajes de descarga de hasta el 20% sin que ello afecte a su vida útil y funcionamiento. Las más utilizadas son las baterías de gel y las baterías agm, las cuales tienen una vida de 8 -12 años, son blindadas y no necesitan mantenimiento. Además a diferencia de las baterías solares monoblock, soportan muy bien los picos de arranque de los electrodomésticos, con lo cual, es necesario su uso si se utilizan frigoríficos, lavadoras, microondas, etc.

La estructura solar tiene también un papel importante pues será la encargada de sujetar los paneles solares y de situarlos en una orientación e inclinación óptimas para que las placas ofrezcan el mejor rendimiento posible. Las placas, si es posible, se deberán orientar siempre al sur y con el grado de inclinación más adecuado según la temporada de uso, hay sea uso anual o uso sólo en verano.

Cada vez más, muchas instalaciones disponen también de cargador de baterías, en el cual se conecta un generador o grupo electrónico que permite disponer de una fuente de energía extra de apoyo. Muy útil en casos de largas temporadas con pobre radiación o para cubrir picos de consumo puntuales.

Es también importante que el cableado usado para conectar los diferentes elementos de la instalación tenga el grosor adecuado. Este detalle hay que tenerlo en cuenta ya que hasta llegar al inversor, la instalación funcionará en corriente continua. Por este motivo es importante que la corriente circule bien y se eviten pérdidas de tensión en el circuito.

El último componente y esencial para garantizar el buen funcionamiento de todos los elementos en el tiempo, son las protecciones. Para realizar la función de protección se utilizan fusibles y magnetotérmicos, los cuales se deben colocar para proteger a aparatos como el inversor y el regulador de posibles fallas puntuales en el sistema como sobrecargas o cortocircuitos.

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